La Discapacidad una Construcción Social

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Tal día como hoy hace 28 años la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobada la Resolución 47/3 por la que se declaraba el día 3 de diciembre como Día Internacional de la Discapacidad. Es por ello qué, a continuación, durante el transcurso del presente artículo iremos desgranando y recorriendo temporalmente los modelos teóricos y la terminología correcta demostrando porqué la discapacidad es una forma de construcción social.

A lo largo del tiempo, el término discapacidad ha ido evolucionando y teniendo diferentes connotaciones, pasando de una visión de marginalidad y negatividad que daba a entender que la discapacidad era un castigo divino fruto de un supuesto pecado cometido, hasta llegar a la actualidad con el término persona con discapacidad, hasta ahora único término admisible y válido que contempla la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Teniendo presente los cambios semánticos de la palabra <discapacidad> debemos hacer todo esfuerzo posible para evitar la calificación “estar discapacitado” y utilizar la forma correcta “tener una discapacidad”. Tener una discapacidad conforma una característica identitaria, en ningún caso representa la totalidad de la persona que lo padece.

La discapacidad también ha pasado por unos modelos teóricos, empezando por el modelo de la marginación, surgido en la antigüedad tardía, bajo la influencia judeo-cristianismo, tiempo en el que la discapacidad era consideraba como una obra del mal o la consecuencia de haber pecado. Por todo ello, las personas con discapacidad se encontraban en grupos marginales, donde su destino estaba marcado esencialmente para la exclusión, siendo generalmente personas objeto de diversión, burla o bien un objeto pasivo de la caridad bajo una influencia de la beneficencia. La sociedad respondía como era de esperar con un internamiento segregados del resto de la sociedad donde por caridad y no por justicia social se le proporcionaba una atención mínima.

Mucho más adelante surgió el modelo de la Paradigma Médico-Rehabilitador, centrado en un enfoque medico vinculado a la evolución de la ciencia de la medicina, desarrollando también un aspecto científico centrado obviamente en la rehabilitación. Este paradigma influenciado por el darwinismo daba a entender que eran personas con caracteres que se consideraban defectuosos, dotadas de genes que no cumplían con los estándares genéticos y bilógicos establecidos por unos parámetros “NORMALES” del resto de personas que no tenían discapacidad.

Por lo tanto, es una teoría que defendía la mejora de los rasgos hereditarios mediante una intervención manipulada y por métodos selectivos de los seres humanos: la selección de aptos para la reproducción, y aquellos a los que se les aplicaban abortos y esterilizaciones forzadas, también prohibición de matrimonios y limitaciones a la migración. Y todo relacionado con una rehabilitación centrando claramente que la discapacidad es una enfermedad de la cual hay que curarse, resaltando así las deficiencias que cada individuo presenta y su inadecuación al entorno, así se veía que era una patología, donde tenia que haber una prevención y rehabilitación para que permitieran que el cuerpo humano adquiera mayor funcionalidad.

Y por último llegamos al Paradigma de la Autonomía Personal que deja completamente de lado las viejas concepciones y da paso a un enfoque de derechos humanos y liderado por las propias personas con discapacidad, con el propósito de conseguir su inclusión de pleno derecho en la sociedad. Y es con este último paradigma se constituye un punto de inflexión en toda la historia del tratamiento de la discapacidad. Porque se pone el enfoque en los Derechos Humanos; considerando que no es la persona si no el entorno quien dificultan su inclusión social. Donde se centra en un modelo social de derechos humanos de la discapacidad, donde sitúa el entorno que nos rodea como la causa de la discapacidad.

Este modelo reconoce que la discapacidad esta siempre en constante evolución y no se considera una característica física o un estado definitivo de la persona, sino que es el resultado de la interacción entre las personas con un déficit funcional, barreras del entorno, de las cuales hacen que se evite su participación plena y efectiva en la sociedad con una igualdad de condiciones con las demás personas.

Por todo esto debemos calificar la discapacidad como una Construcción Social dentro de una realidad palpante en la que es la propia una sociedad la que se debe acomodar a nosotros y nosotras y no al reverso. Donde son las personas con discapacidad las que se tienen que adaptar a nuestro mundo porque hemos decido desde siempre que ellos son los que han nacido o han ido desarrollando con el tiempo una discapacidad.

Debemos tomar conciencia y conseguir un objetivo fundamental como sociedad, erradicar las prácticas que generan discriminación hacía las personas con discapacidad, colocando estas prácticas al mismo plano que el racismo, el sexismo o el heterocentrismo. Es la propia sociedad actual la que necesita ser “rehabilitada” para poder convertirse en una sociedad inclusiva.

 

Mercedes Pérez Tamarit

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